Presentamos a Brooke: una embajadora juvenil de Toys for Tots que convirtió los exfoliantes de azúcar en sonrisas.
A veces, los grandes viajes empiezan con pequeñas ideas. Para Brooke, esto ocurrió en 2020, cuando cursaba quinto grado. Había estado haciendo exfoliantes de azúcar como pasatiempo, pero justo antes de Navidad decidió: "¿Por qué no los vendo? Y no me voy a quedar con el dinero; lo donaré".



Esa idea desencadenó algo grande. Brooke fabricó y vendió 110 uniformes médicos, recaudó 1100 libras esterlinas y los convirtió en unos 100 juguetes para niños necesitados. Cuando ella y su familia llegaron a la sede local de Toys for Tots con las donaciones de juguetes, los voluntarios asumieron que representaba a una organización o empresa. En realidad, era solo una niña decidida con un gran corazón. "La sede de Toys for Tots se interesó mucho en lo que hacía e invitó a un canal de noticias a entrevistarme. ¡Fue una experiencia increíble!"
A partir de ahí, su participación no hizo más que crecer. Dos años después, su coordinador local la invitó a postularse para el Programa de Jóvenes Embajadores. "Cuando supe que me habían aceptado, me puse tan contenta que empecé a llorar".
Desde entonces, Brooke ha disfrutado plenamente de ser Embajadora Juvenil. Le encanta la comunidad que ha encontrado entre los veteranos y voluntarios del almacén. También valora la oportunidad de conocer a las familias en persona: "El solo hecho de ver lo agradecidas que estaban me motivó a seguir con esto. Tres juguetes pueden marcar una gran diferencia en la vida de alguien; es muy especial".
Brooke también ha descubierto su propia voz. Con tan solo 12 años, inesperadamente le pidieron que hablara ante una multitud durante un gran evento festivo de la empresa. Aunque nerviosa, dio un paso al frente y conmovió a la gente hasta las lágrimas. "El impacto que ese discurso causó en tanta gente fue muy especial. Escuchar cómo querían participar gracias a lo que dije... significó todo".
La creatividad es otro sello distintivo de su servicio y dedicación a ser una fuerza positiva durante todo el año. Recientemente, organizó canastas de regalo llenas de libros, dulces y juguetes pequeños para niños en albergues para personas sin hogar, bancos de alimentos y centros de atención a víctimas de violencia doméstica. "Siempre me ha encantado dar regalos. Te da espacio para ser creativa, y hacerlo para ayudar a niños necesitados lo hace aún mejor. Es la salida perfecta".



En retrospectiva, Brooke afirma que el Programa la ha moldeado profundamente: "Tenía mucho miedo de hablar en público, pero ahora ya no tengo miedo. Me he convertido en una mejor líder, e incluso mis entrenadores lo notan en el campo: actúo como la líder que este Programa me enseñó a ser".
En cuanto al futuro, Brooke no piensa parar. Ya sea en la universidad o de vuelta en casa para las vacaciones, dice que seguirá dedicando su tiempo a Toys for Tots. "Sin duda, quiero seguir participando tanto como pueda". También espera que el programa prospere, con más niños participando, ganando confianza, creando conexiones y convirtiéndose en líderes de sus comités.